dissabte, 9 de gener del 2016

Un gobierno provisional

Juan José Téllez


España lleva más de diez días sin gobierno y no ha ocurrido ningún cataclismo. Tampoco Cataluña ha empeorado sustancialmente sus parámetros después de tres meses a verlas venir. Bendita acracia: en el corazón capitalista de Europa toma cuerpo la utopia de Kropotkin, que creía que el anarquismo era el sistema de socialismo sin gobierno. Vale que no hay socialismo propiamente dicho, pero el presidente y sus ministros siguen en funciones, lo que no deja de ser un consuelo.
Algo es algo. De repente, el ultimo verano de hace cuarenta años, cuando el dictador estaba a punto de espicharla y las calles españolas gritaban “amnistía, libertad y gobierno provisional”. Ahora, justicia poética, todo es provisional, aunque la ley de amnistía, a juicio de los franquistas, sirviera también como punto final para amnistiar al franquismo. Y la libertad, bendito Pablo Guerrero, siga siendo fundamentalmente una palabra escrita en la pared.
En aquellos tiempos, el poder real exigía gobiernos fuertes para domesticar el libertinaje, la revolución y el descontento de la chusma. Hoy en día, ni hay descontento, ni revolución ni libertinaje, así que da igual que haya gobierno o no lo haya porque todos saben quien manda en realidad y nadie parece saber como asaltar su palacio de invierno.
España y Cataluña van camino de emular a Bélgica, que estuvo año y medio sin gobierno y ni siquiera salió perdiendo la calidad de sus pasteles ni sus mejillones. Incluso, tras 540 días con un gobierno provisional, mejoró sus cifras de paro, la cota del déficit e incrementó el salario mínimo. Ocurrió en 2010 , cuando ganó las elecciones la Nueva Alianza Francesa, partido republicano y conservador que impulsaba paradójicamente la independencia de Flandes, la antiquísima colonia española de las novelas de Alatriste y del cuadro de Velázquez. Aquel partido ganó pero no tuvo suficiente mayoría para gobernar y fracasó a la hora de buscar aliados. ¿Les suena de algo? A finales del año siguiente, fue el socialista francófono Elio di Rupo quien termminó asumiendo el cargo de primer ministro con un gobierno en el que cohabitaban seis ministros francófonos y otros seis flamencos, a partir de la lianza de seis partidos, incluyendo a socialistas, democristianos y liberales de las dos principales comunidades belgas, la neerlandesa y la francófona, por no hablar de los germanoparlantes y de los valones. Como denominador común de todos ellos, el compromiso de una reforma constitucional que transfiriese mayores competencias a los entes federales, con una mayor autonomía fiscal para las regiones.
A pesar de las apariencias, España no es Bélgica ni Cataluña es Flandes. Pero la incógnita estriba en si Pedro Sánchez puede ser Elio di Rupo. El PSOE, en la actual encrucijada española, no sólo está en el ojo del huracán sino que puede convertirse en un huracán interno. Al día de hoy, resulta paradójico que el antiguo partido del antiguo Pablo Iglesias le haya robado protagonismo a Papá Noel durante estas fiestas, cuando quien tendría que haber apechado con el severo revés del 20 de diciembre es precisamente el partido que aparentemente las ganó, pero que al mismo tiempo se dejó en el camino tres millones de votos y un buen puñado de escaños.
Mariano Rajoy desde el eterno plasma de la perplejidad espera que los Reyes Magos le traigan mayoría suficiente para ser investido, e incluso se apresta a negociar la mesa del Congreso con Ciudadanos del capidisminuido Albert Rivera. Pareciera que en Génova sólo estuvieran preocupados por la sucesión de Esperanza Aguirre a manos de Cristina Cifuentes. ¿Por qué espera que el cisma socialista facilite su permanencia en La Moncloa cuando ni los partidarios de Sánchez ni los de Susana Díaz aceptan que, por activa o por pasiva, el PSOE pueda mantenerle en la presidencia? Sólo la historia nos dirá si el PP cuenta con información privilegiada o es víctima de un shock anafiláctico.
En rigor, el PSOE es como uno de esos superhéroes Marvel al que le empiezan a fallar los superpoderes y cualquier decisión que tome puede convertirle en víctima de sus archienemigos. Si su abstención facilita la reelección de Rajoy, le será más difícil vender dicha estrategia que al PSA de Alejandro Rojas Marcos cuando apoyó la investidura de Adolfo Suárez en 1979 a cambio de un grupo parlamentario propio. Si decide negarle el pan y la sal a los marianistas e intentar formar un gobierno pentapartito, tendría que fichar a los guionistas de “Borgen” para intentar darle un final feliz a la experiencia. Y si todo desemboca en unas nuevas elecciones, los socialistas no van a tener fácil siquiera repetir sus actuales resultados, cuando los votantes de derecha probablemente vuelvan a arropar al PP para ahorrarle el actual quinario al Ibex 35.
Pasaron los tiempos de Largo Caballero y de Julián Besteiro, pero el PSOE sigue inmerso en esa cohabitación interna entre moderados y radicales, entre jacobinos y neoconstitucionales. Dicho partido no volverá a ser el mismo a partir de ahora, porque todo apunta a que pierde la centralidad que le hizo protagonizar la política de este país desde el órdago de Suresnes al de las elecciones constituyentes de 1977 y su primera y abrumadora victoria en 1982. Pedro Sánchez pretende liderar un gobierno de izquierdas con el respaldo del nacionalismo de derechas y Susana Díaz robarle electores a la derecha y al centroderecha. El problema, en cualquier caso, estribará en si los socialistas son capaces de conservar a los votantes de izquierda. Máxime en un escenario en el que Podemos no tiene nada que perder y mucho que ganar, por más que Alberto Garzón parezca dispuesto a crear una nueva marca electoral que enjugue el fiasco de Izquierda Unida, con sólo dos diputados a pesar de su millón de votos.
Nadie sostendría al PP de Mariano Rajoy y un gobierno de cinco partidos con Pedro Sánchez al frente no sería sostenible. Eso afirman, en estos días, casi todas las bolas de cristal. Sería bonito, empero, asistir al empeño de los conservadores de negociar ley por ley, incluyendo la de presupuestos, después de cuatro años de mayoría absolutista. Y sería interesante saber si el PSOE podría contener la marea independentista y sacar al alimón leyes de emergencia social, pactos educativos y reformas constitucionales. Lo más probable es que no ocurra ni una cosa ni otra y que las urnas vuelvan a florecer en primavera. ¿Y si nos ahorramos todo esto de momento y seguimos como estamos, sin demasiados sobresaltos los viernes, tras el Consejo de Ministros? Al menos, durante 540 días. Como si fuéramos belgas. También tenemos derecho, jolines, a ser provisionales.

divendres, 8 de gener del 2016

MIRA DE QUÈ ES VANTA I SABRÀS QUE LI FALTA

De Idígoras y Pachi al Mundo. 
No sé si heu entès el títol. La traduiré al castellà per a què quedi més clara: Dime de lo que presumes y te diré de lo que carecesNomés va saber veure els defectes dels seus enemics i es va agafar als clau roents de la dimissió de Baños i la divisió interna de les CUP. En cap moment va fer autocrítica. És massa megalòman per a pensar que ell és el que està equivocat i la resta tenen raó.

Aquesta frase sé li pot aplicar perfectament al encara presidenciable Mas. A l’entrevista que anit li van fer Xavi Coral i Tian Riba és va poder veure una vegada més la supèrbia d’un Mas que, tot i estar en hores baixes (baixíssimes) encara pensa en presentar-se un altre cop com a cap de llista.
Cal pensar que és del tot improbable la repetició de Junts pel Sí i allò del vot de la teva vida. Aquell moment ha passat sense que es pogués obtenir el resultat desitjat.
Per un sol diputat, per un de sol –es lamentava Mas- Una juguesca més dels números, igual que l’empat a 1.515 de les CUP o ves a saber quins més. Però Junts pel Sí esperaven alguna cosa més. Si abans de sortir els haguessin dit que en traurien 73, segur que no s’haurien conformat. Per això van fer la llista que van fer i per això quan no s’assoleix l’èxit esperat, el desencant és més gran.
A molts dels que ahir vàrem veure l’entrevista (vaig fer una excepció i la vaig veure quasi bé tota), ens quedarem amb les ganes de que Mas digués alguna cosa més. Segurament, com deien algunes piulades, va perdre una oportunitat històrica de quedar bé amb la majoria dels catalans. Un cop més va demostrar que no ha estat mai el president de tots els catalans, segurament perquè no ho ha volgut ser.
Va dir que només feia 5 anys que era president, però en fa molts més que està en política i intentant-ho ser. Primer li van barrar el pas els dos governs Tripartits. Tot i haver guanyat les eleccions en vots i diputats, Mas no va saber aglutinar prou suports per que l’investissin. A la tercera va haver de pactar amb el PP quan anys abans havia acudit al notari per a dir que no ho faria... Però era l’única solució a tots els seus mals. Després va veure com a única sortida la via sobiranista i va trencar novament amb el PP (i vull pensar que definitivament)
Per dos vegades va aconseguir ser investit President de la Generalitat, però després de les eleccions del 27-S no ho ha tornat a aconseguir. Resumint: 5 victòries i només 2 investidures. La veritat és que diu molt poc d’ell.
De les seves paraules d’anit, s’interpreta que si finalment anem al març a unes noves eleccions, Mas no portarà grans novetats, però si una de molt clara: un plebiscit sobre la seva persona: Catalans, m’estimeu?
Tal com es remoreja, Junts pel Sí no es reeditarà (babaus serien els republicans si tornessin a caure amb el mateix error) i per tant Mas haurà d’intentar reeditar per segon cop una mena de Democràcia i Llibertat amb els dissidents d’Unió (Demòcrates de Catalunya) i amb Reagrupament de Carretero.

Segurament no m’ho acceptaran (jo no el penso patentar), però li suggereixo a Mas que jugui amb el seu cognom, igual com va fer Gil a Marbella (Grupo Independiente Liberal), com per exemple Moviment Alternatiu Socioliberal.    

LES FOTOS DENÚNCIA DEL DIA 8-01-2016

Parc del darrere del col·legi Miquel Granell. 
A part de ser un parc sense ànima, els arbres que es van morint o s'arranquen, no el replanten, tal i com es pot veure a les diverses fotos. 
Tan costa tenir una Amposta endreçada?  




PER LA TORRE DE SANT JOAN (3)