dimecres, 27 de juliol del 2011

SALARIO MÍNIMO INTERPROFESIONAL EN EUROPA

El 2 de febrero de 1905 nació en San Petersburgo la filósofa y escritora estadounidense (de origen ruso) Alissa Zinovievna Rosenbaum, más conocida en el mundo de las letras bajo el seudónimo de Ayn Rand, y falleció en marzo de 1982 en New York. Nunca más oportunas las palabras de la autora de esa magnífica novela que es Atlas Shrugged, traducida al español como La rebelión de Atlas, una suerte de anticipo de lo que nos está pasando a los españoles y en mayor o menor madida a todo el mundo: 
 
"Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada."   Ayn Rand (1950)

SALARIO MÍNIMO INTERPROFESIONAL EN EUROPA:

Luxemburgo:. . . . . 1.750 €
Irlanda: . . . . . . 1.653 €
Bélgica: . . . . . . 1.389 €
Holanda: . . . . . . 1.385 €
Francia: . . . . . . 1.350 €
Reino Unido: . . . . 1.005 €
España:. . . . . . .   624 €

Y los gobiernos y senados españoles ganando lo mismo que los europeos de "primera clase", los parlamentarios españoles, en el Parlamento Europeo, ganando igual que los "europeos ricos". Los unicos que somos europeos
solo para lo que les interesa, "los españoles de 3ª, 4ª, 5ª etc". Para que luego digan que solo hay CASTAS en la India. 

"La politica es el arte de buscar problemas, encontrarlos y aplicar las soluciones equivocadas".

Groucho Marx.

dimarts, 26 de juliol del 2011

EL TERCER ENCUENTRO


A Leonardo le intrigaba aquella reproducción del puente colgante de Amposta hecho con conchas marinas delante de una tienda improvisada hecha de maderos y telas en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer 
Finalmente, la curiosidad hizo que entrara en la tienda. Allí se encontró con otro excombatiente republicano al que inmediatamente reconoció…

“Antes de empezar la guerra te vi cerca de Amposta cuando unos guardia civiles te habían parado; tu ibas en bicicleta y discutías acaloradamente con uno de ellos”. “¿Sabes donde me encontré con aquel guardia civil?” –Le contestó el otro-
“No sigas. –Le respondió Leonardo- En la rendición del castillo de Miravet; yo también estaba allí”. 

dilluns, 25 de juliol del 2011

EL ÚLTIMO CIGARILLO


Irremediablemente estamos llegando al final… El camión que nos traslada desde Barcelona acaba de pasar la Venta de les Campusines y la llegada a nuestro primer destino, el frente del Ebro, es inmediata. Sin tiempo para acostumbrarme a la nueva situación, el sargento de la compañía me incluye entre los que debemos hacer la guardia de la noche.
Leonardo, uno de los soldados veteranos de la compañía, me advierte: “Cuando llegues abajo no enciendas ningún cigarrillo; el enemigo puede disparar al ver la brasa”. Le oigo sin escuchar. Desde que se me comunicó la orden el pánico se apoderó de mí.
Ya llevo en el puesto de guardia algunos minutos. Intuitivamente, saco la cajetilla de tabaco y las cerillas del bolsillo del pantalón y me enciendo un cigarrillo. De repente, oigo el silbido de una bala que se aproxima...

diumenge, 24 de juliol del 2011

EL MULO (el relat finalista)


"Pom, pom, pom…". Aquellos golpes secos y continuados salían de la pequeña casa de labranza situada entre las dos líneas de fuego. Leonardo llevaba varios días intrigado y quería averiguar quien o qué los producía. Pero no era tarea fácil ya que para entrar en la casita había que hacerlo forzosamente por la puerta que daba al bando franquista, estando al alcance de sus balas.
Finalmente decidió entrar y en su interior se encontró con un mulo atado de la argolla del corral que estaba en la piel y los huesos. Una vez hubo acabado con la comida que le había dejado su dueño, la emprendió con el comedero de madera y luego con todo lo masticable que había a su alcance. Con el golpeo continuo de las patas había excavado un enorme hoyo en el suelo: “Pom, pom, pom…”.