JORGE BEZARES
Después del desparrame eufórico de la última encuesta del CIS, que constató que el PSOE ha sido la única fuerza política que ha crecido en los últimos meses en España, me temía lo peor; es decir, que los dirigentes de la Gestora se la creyeran a pie juntillas.
Después de sacar pecho por los casi dos puntos de crecimiento y porque Javier Fernández ha sido el líder político más valorado, y sacar a pasear los 100 días de oposición útil y los 15 millones de españoles beneficiados, la Gestora ha debido hacer un análisis más profundo de la encuesta.
De entrada, ha tenido que valorar en su justa medida que el PSOE sigue por detrás de Unidos Podemos tres puntos y a más de 14 puntos del PP. Además, está cuatro puntos por detrás de sus últimos resultados electorales, y a seis puntos del PSOE que heredó de Pedro Sánchez.
Asimismo –y esto es muy importante-, se habrá dado cuenta de que Javier Fernández es el líder más valorado gracias al apoyo de los votantes más conservadores y no al de los socialistas.
Este último hecho es denominador común entre los líderes socialistas que más se significaron en la necesidad de facilitarle la investidura a Rajoy con la abstención del PSOE –la mayoría de los barones, Felipe González, Alfredo Pérez Rubalcaba, ZP, etc.-, y representa una losa extraordinaria.
Si a eso añadimos que Susana Díaz es sinónimo de buen rollito con Rajoy, que con ella en Ferraz el Gobierno prevé aprobar los Presupuestos y con Pedro Sánchez, adelanto electoral, pues algo tenía que hacer la Gestora para salirse del ruinoso carril de perdedor en el que estaba embarcado.
Y la ocasión ha llegado tras la conversación telefónica que el pasado martes tuvieron Trump y Rajoy.
A ciencia cierta no sabemos muy bien de qué hablaron exactamente, porque los comunicados de ambas administraciones alumbran conversaciones diferentes.
Pero si nos atenemos a lo que ha contado nuestro Gobierno, pues parece ser que Rajoy le ofreció una especie de intermediación de España para EEUU frente a la UE y Latinoamérica. Aunque faltó finura política –no creo que sea comparable ni muchísimo menos con la foto de las Azores-, el PSOE, a través de su portavoz, Mario Jiménez, atacó al PP como una oposición como dios manda, llegando a calificar a Rajoy de “mayordomo de Trump”.
A mí personalmente me gusta más la denominación de “monaguillo de Trump” que utiliza Josep Ramoneda en El País. Pero no está nada mal desmarcarse, por fin, de forma contundente y clara del Gobierno en un asunto de Política Exterior tan sensible y tan importante para el devenir del mundo.
Esa sí que es una oposición útil y decente.
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