dissabte, 19 de novembre del 2016

7 DÍAS POR LA PROVINCIA DE CÁDIZ

TERCERA ETAPA: EL PUERTO DE SANTA MARÍA

Teníamos contratado el apartamento en El Puerto de Santa María, concretamente en el barrio de Vistahermosa, aunque antes de llegar no teníamos idea de que Vistahermosa fuera un barrio. Para nosotros sólo era un nombre.
No nos fue difícil encontrarlo y una vez allí nos instalamos en lo que había de ser nuestra residencia durante 9 noches. No estaba nada mal y enseguida nos dimos cuenta de que en verano debe de ser un auténtico bullicio. Tenía un gran jardín y una piscina comunitaria que, evidentemente no aprovechamos, ni tan solo vimos a alguien tomar el sol; sólo de vez en cuando a algún niño jugando.
Al día siguiente de llegar decidimos visitar El Puerto. Literalmente nos lo pateamos, ya que fuimos andando desde los apartamentos hasta el mismísimo paseo fluvial.
Pasamos por delante de la plaza de toros y de un gran número de bares con nombres relacionados con la tauromaquia. Finalmente llegamos al castillo de San Marcos en cuya entrada principal hay una placa alusiva a la estancia de Cristóbal Colón en la ciudad. Justo al lado, en la casa-palacio Reynoso (sede de una parte de las dependencias municipales) la oficina de turismo, el primer lugar que solemos visitar cuando llegamos a alguna ciudad o pueblo. Después de informarnos bien informados hicimos una parada y fonda en un bar situado en la plaza Colón donde me pasó una de las anécdotas del viaje.
Mientras mi mujer pidió una caña, yo pedí un bitter sin alcohol. Al cabo de unos instantes vuelve la camarera y me pregunta:

-¿Lo qué me ha pedido es un bitter Kas?
-Sí, pero si lo tienes de otra marca me da igual…
-Es que aquí no sabemos lo que es esto…
-¿No tenéis bitter sin alcohol?
-Aquí no… Creo que en un bar de allí arriba tienen…
-Entonces tráeme otra caña…

Después de esta experiencia decidí alternar tintos de verano con cañas, finos y manzanillas (*).  
Llegamos hasta el paseo fluvial que transcurre entre el río Guadalete y la calle Ribera del Marisco pasando por delante de uno de los lugares de visita obligada si estás haciendo turismo en el Puerto: el restaurante Romerijo.  
Recorrimos el paseo hasta el final, pasando por delante de la fuente de Las Galeras (s. XVIII) y la antigua lonja, para adentrarnos posteriormente en el casco histórico de la población hasta llegar a la Iglesia Mayor Prioral y la plaza Isaac Peral, donde se ubica la Casa Consistorial. En los jardines de dicha plaza hay una glorieta dedicada al dramaturgo Pedro Muñoz Seca, hijo de la localidad.
Retrocedimos hasta las inmediaciones del paseo para comer en el restaurante Romerijo cuya especialidad (¡cómo no!) es la fritura de pescado y el marisco. Fue fundado en 1952.  
A parte de otros monumentos, del Puerto cabe destacar sus bodegas: OsborneCaballeroTerry501, etc.
En los alrededores del Poblado de Doña Blanca (pedanía del Puerto), junto a la carretera del Portal, hay un yacimiento de origen fenicio y el castillo medieval de Doña Blanca.
En sus playa (como las de Vistahermosa o Fuentebravía) se suele practicar surf.  





(*) Fino: Es un vino generoso, propio del Marco de Jerez y de Montilla-Moriles, en Andalucía (España).Su color es oro pálido, sabor es seco y es muy aromático. Su graduación alcohólica es de alrededor de 15 grados. Se debe beber muy frío. Las variedades de uva que se utilizan para la elaboración de este vino son la Palomino y la Pedro Ximénez. Es ideal como aperitivo y para acompañar jamón, mariscos y otras tapas.

Manzanilla: La manzanilla es un vino blanco y seco elaborado con uva Palomino y envejecido bajo una capa de levaduras llamada velo de flor y que se cría de forma exclusiva en las bodegas de la ciudad española de Sanlúcar de Barrameda (Andalucía), bajo el control del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda.
La manzanilla es un vino hecho a partir de uvas producidas en el Marco de Jerez, pero envejecido en una bodega del casco urbano de Sanlúcar. El Marco aporta la materia prima y el clima marítimo, unido a las brisas del Atlántico, consiguen que el vino madure de una forma diferente y adquiera ciertas características peculiares, diferentes de los producidos con el mismo método en Jerez o El Puerto.
La manzanilla es un vino muy pálido, de aroma punzante característico, ligero al paladar, seco y poco ácido, con una graduación que según su regulación puede oscilar entre 15 y 17% de alcohol en volumen, aunque actualmente tiene 15 grados de alcohol. Es el más ligero de todos los vinos del Marco de Jerez, ideal para acompañar el aperitivo. Sus características son el resultado del proceso de crianza bajo flor a que es sometido en conjunción con su crianza y envejecimiento en bodegas de Sanlúcar de Barrameda.
Las variedades tradicionales de manzanilla son la manzanilla fina y la manzanilla pasada.



El Pont de la 'Pepa'.