dimarts, 31 de gener del 2017

La despolitización de lo político: la frivolidad del supuesto futuro sin trabajo

Vicenç NavarroCatedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra
Existe hoy un debate en EEUU que tiene gran relevancia también para España. Tiene que ver con las causas del elevado deterioro del mercado de trabajo estadounidense y, muy en particular, del descenso en la capacidad adquisitiva de la población, consecuencia de la disminución de los salarios y de la pérdida de ocupación.
Para entender la importancia e intensidad de este debate, hay que ser consciente de que el establishment político-mediático estadounidense está en estado de shock, pues no se esperaban la derrota de la candidata demócrata, la Sra. Hillary Clinton, y, todavía menos, la victoria del candidato republicano, el Sr. Donald Trump, al cual siempre consideraron como un candidato con escasas posibilidades de éxito debido a estar fuera de los cánones de lo que un candidato deber ser y/o debe parecer. Su comportamiento teatral, sin embargo, atrajo gran atención mediática, garantizándole una gran exposición, que hábilmente utilizó para desacreditar al establishment político federal y a la mayoría de los grandes medios de comunicación, tarea relativamente fácil de realizar, pues tales establishments políticos y mediáticos eran ya altamente impopulares entre la mayoría de las clases populares. Una situación semejante ocurre en España, donde la mayoría de la población no cree que las instituciones llamadas representativas les representen, y la mayoría de la población considera a los grandes medios no creíbles en su presentación de la realidad política del país (he documentado en artículos anteriores la evidencia que apoya tal observación).
En realidad, solo dos candidatos transmitieron el hartazgo y rechazo de las clases populares hacia los mencionados establishments. Uno fue el candidato del Partido Demócrata, el socialista Bernie Sanders, y el otro el candidato del Partido Republicano, Donald Trump, de la ultraderecha estadounidense. Era obvio que, de los dos, el más temido por la estructura de poder económico y financiero del país, y por lo tanto también por el establishment político-mediático del país, era Bernie Sanders, pues era él el que tenía un análisis más certero de las raíces del problema que afectaba a las clases populares (el maridaje entre el poder financiero y económico, por un lado, y las instituciones representativas, por el otro, vehiculado por un sistema electoral profundamente antidemocrático, que requería, para cambiarlo, una revolución política). La gran mayoría de las encuestas mostraban que el candidato Bernie Sanders podría haber ganado las elecciones si su adversario hubiera sido Donald Trump. Pero, repito, el enemigo número uno para el establishment político-mediático estadounidense era Sanders, y fue tal establishment el que se movilizó para destruirlo. Trump, sin embargo, aun cuando no contó con la simpatía de los medios, no fue considerado como una amenaza. Los medios lo ridiculizaron. Era, después de todo, un hombre del establishment financiero, gran defensor del sistema capitalista estadounidense, vulnerable al ridículo debido a su comportamiento teatral (y muy efectivo). Los medios nunca consideraron que pudiera ganar, y su atención hacia él derivaba del aspecto novedoso, escandaloso e irreverente. Pero casi nunca lo tomaron en serio, hasta el final, cuando se vio que podría ganar.
¿Cómo está ahora respondiendo el establishment político-mediático estadounidense al resultado de las elecciones?
El establishment político-mediático nunca aceptó que hubiera razones para que grandes sectores de la población le rechazaran, pues la economía –según tal establishment- estaba yendo muy bien. El economista, Premio Nobel y articulista del New York Times, Paul Krugman era y continúa siendo uno de los mayores proponentes de esta postura. Esta lectura se basaba, sin embargo, en la elección equivocada de los indicadores escogidos para definir la eficiencia y eficacia de la economía, tales como la tasa de crecimiento económico o la tasa de paro del país. Indicadores más sensibles del bienestar económico, como la renta de las familias, mostraban y continúan mostrando el notable descenso de dichas rentas familiares y el crecimiento muy notable del endeudamiento de las familias. En España el establishment político-mediático también asume un mejoramiento de la economía, mostrando como indicadores de tal mejoramiento el crecimiento económico y el descenso del desempleo, sin tener en cuenta el enorme deterioro del mercado de trabajo.
La evidencia del deterioro del mercado de trabajo, sin embargo, era tan manifiesta en EEUU que el argumentario cambió, apareciendo razonamientos que intentaban despolitizar la explicación del deterioro del mercado de trabajo y negando que tal deterioro se debiera a las políticas públicas neoliberales realizadas desde los años ochenta tanto por gobiernos republicanos (Reagan, Bush padre y Bush hijo) como por gobiernos demócratas (Clinton y Obama), que sistemáticamente han favorecido a las rentas de los propietarios y gestores de las grandes corporaciones estadounidenses transnacionales (lo que en EEUU se llama la clase corporativa) a costa del mundo del trabajo. Los responsables de la aplicación de tales políticas niegan (con la ayuda de los medios y de gran parte de los think tanks próximos al mundo del capital financiero) que fueran éstas las causas, atribuyendo tal deterioro (que, por fin, han admitido que existía) a los cambios tecnológicos como la robótica, que ha eliminado millones de puestos de trabajo, responsable del descenso de las rentas del trabajo. Como ejemplo, ponen el descenso del número de trabajadores en el sector manufacturero. La introducción de la robótica en los sectores industriales se presenta como la causa del deterioro del mercado de trabajo, con un descenso del número de puestos de trabajo, una disminución de los salarios y de los beneficios sociales, y un bajón de la calidad de vida, presentándose este deterioro como los “costes del progreso industrial”.
La falacia de tal argumento
Esta explicación ha adquirido una enorme visibilidad mediática y es parte del mensaje de que veremos un “futuro sin trabajo”, resultado de la revolución tecnológica, incluida la robótica. Respondiendo a esta avalancha ideológica, Dean Baker, codirector del famoso y prestigioso Center for Economic and Policy Researchde Washington, EEUU, ha ido publicando a lo largo del año pasado una serie de trabajos que contienen una crítica devastadora de los argumentos que atribuyen el deterioro del mercado de trabajo predominantemente a los cambios tecnológicos. Señala lo que otros autores también han señalado previa y repetidamente. Si los cambios tecnológicos fueran responsables de tal descenso de la ocupación, tal descenso tendría que haber ido acompañado de un aumento de la productividad. Si en una empresa hay dos trabajadores y, resultado de la introducción de una nueva tecnología, solo hace falta un trabajador en lugar de dos para producir el mismo trabajo, ello quiere decir que la productividad de cada trabajador ha aumentado (en realidad, doblado), haciendo innecesario a uno de ellos. El cambio tecnológico, pues, si hubiera sido la causa del descenso del número de puestos de trabajo tenía que haberse traducido en un aumento de la productividad.
Pues bien, el número de trabajadores de la manufactura en EEUU ha ido disminuyendo y, sin embargo, la productividad, como promedio, no ha variado. Dean Baker muestra como la tasa de crecimiento de la productividad ha variado muy poco en la mayoría del periodo entre 1973 y la primera década del siglo XXI. No puede, por lo tanto, atribuirse el descenso de la población que trabaja en la manufactura a cambios en la productividad (y, por lo tanto, a cambios tecnológicos). Dean Baker señala, por ejemplo, que una de las causas más claras del descenso de puestos de trabajo es el cambio del cuadro exportaciones-importaciones en el sector manufacturero. Cuando las exportaciones en tal sector bajaban y las importaciones subían, sí que se ve que baja el empleo en la manufactura. Y ahí es donde aparecen las causas políticas, pues estas variaciones de comercio exterior están causadas, en gran parte, por los Tratados de Libre Comercio, que sistemáticamente han favorecido a las grandes empresas transnacionales a costa de la clase trabajadora. En realidad, gran parte de las importaciones son de productos de empresas manufactureras estadounidenses o de otras nacionalidades que producen para el mercado de EEUU, pero que se han desplazado a otros países (China o México) en busca de salarios más bajos y condiciones de trabajo peores que las existentes en EEUU. Y de ahí se explica la animosidad de los barrios obreros de los Estados donde la manufactura se concentraba, como Míchigan, Pensilvania, Ohio y Wisconsin, que habían votado demócrata siempre (incluido al candidato Obama en el 2008) pero que este año votaron al candidato Trump, puesto que este (y, todavía más, Sanders) había denunciado los Tratados de Libre Comercio. Vayan a ver dichos barrios y verán los resultados de estos Tratados, como el NAFTA (el tratado entre EEUU, Canadá y México).
Pero el impacto de los Tratados de Libre Comercio es mucho mayor que el producido por el desplazamiento de las fábricas y sus puestos de trabajo previamente localizados en el territorio de EEUU a otro país. En tal desplazamiento se pierden puestos de trabajo estadounidenses, pero el mayor impacto de este traslado no es solo el traslado en sí, sino el miedo y temor que se esparce entre todos los trabajadores del sector manufacturero, pues la amenaza, por parte del empresario, de irse a otros países y cerrar el lugar de trabajo es una amenaza constante, amenaza que es cada vez más real como consecuencia del enorme debilitamiento de los sindicatos, consecuencia, de nuevo, de leyes y normas antisindicales, aprobadas por los gobiernos tanto republicanos como demócratas y tanto a nivel federal como a nivel estatal (que quiere decir de los Estados autonómicos).
La introducción de la variable tecnológica es una variable política
 Este intento de despolitizar lo que es profundamente político aparece también en la promoción (por parte de los establishments político-mediáticos) del argumento de que la revolución tecnológica nos está llevando a un futuro sin trabajo, olvidando que lo importante no es la revolución tecnológica en sí, sino el tipo, orientación y modo de aplicación de dicha revolución. El mundo del futuro, como el mundo del presente, será lo que las relaciones de poder (sobre todo de clase social) determinen. Hoy, como resultado del enorme dominio del mundo del capital en la configuración de la forma y utilización de los cambios tecnológicos, el mundo del trabajo está siendo debilitado enormemente, utilizando dicho capital la revolución tecnológica para debilitar más y más a este mundo.
Si las relaciones de poder cambiaran, con el mundo del trabajo en control del desarrollo tecnológico (tanto en su contenido como en su puesta en marcha) tal desarrollo podría orientarse en otras direcciones favorables a la mayoría de las clases populares, facilitando la eliminación del trabajo indeseado, la reducción del tiempo de trabajo (el crecimiento de la productividad ocurrido en los últimos 50 años permitiría una reducción muy notable del 30% de su tiempo) y su mejor distribución, así como la notable expansión de puestos de trabajo en las áreas sociales (como sanidad, educación, servicios sociales, vivienda,  cuidado de la infancia y ancianidad, entre otros) y energéticas, estableciendo nuevas formas de energía y cambios en el sistema productivo. Las necesidades en estos sectores son enormes, necesidades que hoy están muy desatendidas, realidad que es especialmente acentuada en países donde tal mundo del trabajo es débil, como en el sur de Europa, incluyendo España.
Si en España el porcentaje de la población adulta que trabaja en tales servicios públicos del Estado del Bienestar (uno de los más bajos de la UE-15) fuera semejante al de Suecia, este país tendría unos 3,5 millones más de puestos de trabajo, reduciéndose significativamente el desempleo. El hecho de que en Suecia sea un adulto de cada cinco y en España sea uno de cada diez tiene, única y exclusivamente, la explicación de que en Suecia el mundo del trabajo es mucho más fuerte y tiene mayor influencia sobre el Estado que no en el sur de Europa. Suecia tiene mayor desarrollo tecnológico que no España, y en cambio produce mucho más empleo. Como ocurre en prácticamente todos los supuestos problemas económicos, las variables políticas (y no las tecnológicas o económicas) son las determinantes. El futuro dependerá de quién ejerce mayor poder sobre las instituciones políticas, financieras, económicas y mediáticas. Si continúa siendo el mundo del capital, el bienestar de las clases populares (que son la mayoría de la población) continuará descendiendo, alcanzando límites que nos retrotraería a etapas anteriores. Los años de vida de un trabajador estadounidense han ido disminuyendo, y enfermedades que se creía que habían desaparecido en el mundo capitalista desarrollado han reaparecido de nuevo. Son decisiones políticas, no desarrollos tecnológicos, las que están creando está situación. Qué tecnología crear y para qué usos emplearla viene definido por el grupo o clase social que la controla. Así de claro.

dilluns, 30 de gener del 2017

CAP DE SETMANA DE ALTA TENSIÓ POLÍTICA

De Faro a Diari de Tarragona. 
No recordo un cap de setmana amb tants i tan transcendentals actes (o accions polítiques) com el que acabem de passar: Reunió del Comitè de Govern de les CUP per a decidir si donaven suport als pressupostos del Govern de la Generalitat, congrés delsComuns per a constituir-se com a partit, congrés de C’s per a escollir un nou (vell) president del partit, a França, els socialistes, escollien en segona volta el que serà el seu candidat de cara les properes presidencials i, finalment, Trump va signar un decret prohibint l’entrada de musulmans als Estats Units.

SÍ VULL... PERÒ...
El Comitè de Govern de les CUP va dir, amb una sobrada majoria, sí vull als pressupostos generals de la Generalitat per al 2017. De l’aprovació o no dels pressupostos depenia que el full de ruta que hi traçat continués el seu camí...
Des del Govern de la Generalitat s’havia avisat als cupaires que no aprovar els pressupostos suposaria no fer el referèndum d’autodeterminació. Com una mena de tot o res... Comprensible per un altre costat.
Els anticapitalistes, des d’aquest dissabte potser no ho són tant, ja que van cedir davant l’enrocament del Govern en el tema de no apujar els impostos a les rendes més altes. Per un altre costat, és evident que apujar més els impostos als que més guanyen sempre és un risc, ja que poden canviar el domicili fiscal a una altra comunitat autònoma. Apujar l’IRPF hauria de ser competència exclusiva del Govern de l’Estat que hauria d’establir uns tipus únics per a tot el territori espanyol. En canvi, l’impost sobre successions i donacions, és un impost traspassat des de fa dècades, però apujar-lo significaria anar en contra d’una part de l’electorat tradicional del PDECat.
De totes formes les CUP han avisat de que el sí als pressupostos no és un xec en blanc i en qualsevol moment podrien fer caure al govern. Avís per a navegants...

PEL REFERÈNDUM PACTAT I VINCULANT I LA RECUPERACIÓ DE DRETS
El paraigua dels Comuns aixoplugava gent de diferents partits, però amb ideologia similar. El nou partit té com aspiració seguir guanyat eleccions a Catalunya i aconseguir el Govern de la Generalitat. Volen que sé celebri un referèndum vinculant i pactat amb l’Estat, però amb la mirada posada a l’esquerra per assolir els objectius propis d’aquesta ideologia.   

RIVERA SENSE RIVAL    
Una vegada Carolina Punset (Punto Siete com l’anomenava Xavi Castillo) va anunciar que retirava la seva candidatura, res feia pensar que Rivera no renovaria el càrrec, tot hi haver dues candidatures més, però de persones poc significades dintre del partit que va fundar el propi Rivera.
Durant el seu discurs, Rivera va dir que tenien la mirada posada en les generals de 2019 i que pretenien que els seu partit estigués preparat per a governar, la qual cosa és molt legítima.
Ara bé, va definir el seu ideari de liberal-progressita. Sempre he pensat que a la boca sé li fa dir el que un vol i si ell diu que C’s és un partit progressista, jo no li discutiré... Només el temps dirà si és així o està tant a la dreta com el PP.

D’ESQUERRES I ECOLOGISTES
Qui va ser ministre d’Ensenyament amb François Hollande, Benoît Hamon va guanyar per més de 17 punts d’avantatge a Manuel Valls que havia segut fins fa poc el Primer Ministre.
Hamon té un discurs molt ancorat a l’esquerra i fins i tot ecologista. Ha promès una renda bàsica universal per a tots els francesos i fins i tot la legalització del cànnabis. Per prometre que no quedi.
De totes maneres Hamon no ho tindrà fàcil. El bagatge que ha deixat Hollande no és bo. A part d’això l’ascens de l’extremadreta a Europa és un fet constatat. Veurem que passa.

EL PRIMER MUR DE TRUMP ALS AEROPORTS
Aquest cap de setmana s’han retingut a diferents aeroports quasi 200 musulmans que pretenien entrar als Estats Units. El motiu és que Trump va signar un decret on es prohibia l’entrada de viatgers procedents de països islàmics. Segons Trump la mesura s’ha pres per motius de seguretat i en cap cas ideològics. La reacció d’alguns països islàmics ha estat immediata vetant l’entrada als seus respectius territoris als ciutadans americans.
Mentre, als EE.UU., diversos fiscals generals ja han mostrat les seves discrepàncies sobre la legitimitat del decret del President.    

LO POBLE QUE VOLEM 30-01-2016

Carrer Goya. 

El Peugeot roig ocupava tota l'amplada de la vorera obligant als vianants a baixar a la calçada. 

A part d'això fixeu-vos amb la límia groga. 

Serà perquè no tenia aparcament. 

LA NOSTRA RIBERA 81