dimarts, 19 de setembre del 2017

Cese ya este ridículo, y peligroso, espectáculo

Han decidido los dirigentes catalanes decididos a la ruptura que las leyes no van con ellos,
en un ejercicio de prepotencia inaudito, reforzados en su ensimismamiento por un buscado victimismo falso y mentiroso


JOSÉ MARIA IZQUIERDO

Muchas desmesuras nos quedan por ver de aquí al 1 de octubre. Elegido el enfrentamiento a martillazos por ambas partes, todo tiende al empeoramiento diario, al tira y afloja de la provocación mutua, al galleo de barra de bar. Malo, muy malo, porque en cualquier momento puede saltar la chispa que convierte la bronca en batalla campal.
Han decidido los dirigentes catalanes decididos a la ruptura que las leyes no van con ellos, en un ejercicio de prepotencia inaudito, reforzados en su ensimismamiento por un buscado victimismo falso y mentiroso. Nos persiguen, nos acosan, nos amenazan, nos maltratan. Y todo, dicen, por pretender un acto tan democrático como votar. Falso y tramposo argumento que ya no convence ni a los más ingenuos del lugar.
Pero el gobierno de Madrid, al elegir como única vía de respuesta la de ceder el poder a los tribunales, va a pisar todas las líneas de la racionalidad. ¿De verdad va a detener y encarcelar a más de 700 alcaldes, el 75% de los regidores de municipios de Cataluña? Y los gobernantes catalanes, ¿van a insistir en la patochada de esconder las urnas, jugar a las impresoras o esconder las papeletas en cuevas inaccesibles? Recapaciten ambas partes y cesen en este grotesco y peligroso espectáculo que solo sirve para ser el hazmerreír de Europa. ¿Entienden por qué hablamos de desmesuras y victimismos?