dilluns, 10 de setembre del 2012

¿MERECEMOS SEGUIR SIENDO FUNCIONARIOS?


Para reflexionar:


El viernes, 13 de julio de 2012, el Gobierno suprimió la paga extra de Navidad a todos los empleados públicos y redujo los moscosos a 3 días al año. Esta decisión se suma a la bajada del 5% del sueldo que había adoptado el anterior gobierno en mayo del 2010 y a los múltiples recortes que en los últimos meses sufrieron los funcionarios y demás empleados públicos de las diferentes comunidades autónomas. Evidentemente, todas estas decisiones no son medidas aisladas que se produzcan únicamente con el objetivo de atajar el déficit (¿qué tiene que ver la reducción de los moscosos con el déficit?). Son recortes que se producen en un contexto de estigmatización de los funcionarios públicos, a los que se quiere presentar ante la sociedad como los principales culpables del gasto público. El objetivo es desviar la atención del despilfarro causado por quienes ejercen el poder para que de esa forma la casta política siga manteniendo intacta su desmesurada dimensión y sus enormes privilegios.


En esta situación, el recorte de derechos del 13 de julio es sólo un paso más en el objetivo último de acabar con la función pública de calidad. Más claro no lo pudo decir el ministro de Administraciones Públicas en la rueda de prensa posterior al consejo de ministros que aprobó las medidas: Vamos a hacer que el régimen de los empleados públicos se asemeje al de los trabajadores de la empresa privada. Lo que se pretende es liquidar la función pública tal como la conocemos para conseguir una administración que no esté primordialmente al servicio del ciudadano sino al servicio del partido gobernante en cada momento. Hasta llegar a esa meta, las medidas para alcanzar el propósito se adivinan en el horizonte: sueldo variable en función de objetivos (¿quién los define y con qué criterios se controla el cumplimiento?), jornada laboral de cuarenta horas semanales, movilidad geográfica, etc, etc.


Quienes entramos a trabajar en las administraciones públicas lo hicimos tras superar un duro proceso bajo los principios de igualdad, mérito y capacidad. Lo hicimos para trabajar en una organización que sirve al ciudadano con objetividad e imparcialidad, cumpliendo unas normas públicas que son iguales para todos. A cambio de remuneraciones menores que en el sector privado, con subidas salariales siempre inferiores al IPC, nos conformamos con disfrutar de derechos de otra índole: trabajo fijo, moscosos, jornada laboral ligeramente más corta que en el sector privado, etc. Todos creímos que al acceder a la función pública nos bastaría con desempeñar perfectamente nuestro trabajo para conservar esos derechos que son los que definen nuestra propia condición de funcionarios. Hoy vemos que no es así. Hoy comprendemos que para conservar nuestra condición de funcionarios no nos queda más remedio que luchar contra las intenciones del gobierno (de éste y de cualquier otro gobierno que haga lo mismo con nosotros).


Por ello,
quienes queremos seguir siendo funcionarios realmente (y no sólo de forma nominal) vamos a apoyar todas las medidas pacíficas de protesta, espontáneas o planificadas, que se lleven a cabo contra las últimas decisiones del gobierno. Resignarnos a los recortes o no conseguir que nuestra indignación y nuestro rechazo inunde las calles supone transmitir un mensaje suicida. Equivale a aceptar ante la sociedad que somos los culpables del déficit, que la bajada de nuestro sueldo y el recorte de nuestros derechos es merecido y que, por tanto, el gobierno nos puede seguir recortando en el futuro.

Somos casi tres millones de empleados públicos. Con nuestra unión tenemos suficiente fuerza para conseguir echar abajo estas medidas y detener una agresión que no ha hecho más que empezar. En el desarrollo de nuestra protesta pacífica contra los últimos recortes hay algunas cosas que podemos hacer:

  • En los tiempos de internet podemos utilizar todos los medios que las nuevas tecnologías nos ofrecen para articular nuestra protesta con medidas ágiles y efectivas, con nulo o escaso coste económico para quienes las secundamos, pero con una gran repercusión social.
  • Podemos denunciar por todos los medios a nuestro alcance cuanto despilfarro y cuanto privilegio político detectemos. Es necesario que la sociedad conozca donde está la principal causa del déficit público.
  •  Podemos constituir un fondo de resistencia para hacer frente a las sanciones que se impongan a cualquier empleado público en el curso de las protestas (por cortar calles o por motivos similares). Con que cada empleado público aporte 1 euro podremos hacer frente a toda contingencia de este tipo.
  • Si los sindicatos que nos representan quieren realmente ayudarnos en esta lucha, les pedimos que constituyan una plataforma en la que estén representados todos para respaldar nuestras medidas.
Nuestra determinación es absoluta para hacer frente a la profunda injusticia de esta agresión que padecemos. Quienes creemos que merecemos seguir siendo funcionarios al servicio de una Administración Pública de calidad mantendremos la protesta hasta que se deroguen las medidas y se detenga la agresión. Y tú, ¿crees que mereces seguir siendo funcionario?

ELS NOSTRE TERRITORI. ELS ULALS DE BALTASAR III











diumenge, 9 de setembre del 2012

MANIFESTACIÓ SÍ, MANIFESTACIÓ NO

Foto de VilaWeb. 


Queden 2 dies per a la que es preveu multitudinària manifestació de l’11 de setembre, la Diada Nacional de Catalunya.
Més enllà de fer cas del motius que et donen els diferents partits, igual com va passar aquell ja llunyà 10 de juliol de 2010, penso que s’hi ha d’anar.
Llavors va ser pel dreta a decidir, ara serà per a reclamar que Catalunya sigui un nou estat d’Europa.
Fa dos anys, el govern de la Generalitat, amb José Montilla al cap davant, van decidir acudir-hi darrere d’una senyera per a que ningú pogués interpretar coses estranyes. Recordo, encara que no hi vaig ser present per motius de salut, que els van escridassar i fins i tot, algú, els va intentar agredir. Això demostra clarament el sectarisme que practiquen algunes persones.
Aquestes persones, que també estaran presents a la manifestació de dimarts, només tenen un punt de vista sobre la realitat de les coses i pensen que la resta del món estem equivocats. Més que catalans independentistes, són catalans excloents.
Què passaria si Mas decidís finalment anar a la manifestació? El tracte que rebria seria similar? Igual no ho sabrem mai, encara que, personalment, penso que no.
Potser per això el PSC hagi optat per no acudir com a partit. No seria el primer cop que s’escridassaria els seus dirigents, encara que no es diguin José Montilla.
Jo, que sóc un catalanista militant i independentista convençut, però realista (qualitat que molts independentistes no tenen), vaig assistir a la meva primera manifestació de l’11 de setembre l’any 1978 quan només tenia 20 anys. I hi vaig tornar-hi l’any següent. Encara recordo que pel matí buscàvem el Fossar de les Moreres (on està enterrat Rafel de Casanova) i ningú ens sabia dir on era, ni la guarda urbana (llavors es deien així) Posteriorment varem saber que estava a la veïna localitat de Sant Boi (les més vells segur que se’n recordaran que en temps de Franco, oficialment era San Baudilio)
En aquell temps ja s’escoltaven crits de “botiflers” dirigits a alguns polítics i partits concrets. Per tant, res de nou. Des d’ençà no hi havia tornat. Segur que si en lloc de viure a quasi 200 Km., visqués allí mateix, hi aniria cada any.
Finalment (i sense que serveixi de precedent), em poso al costat de Mas i no perquè estigui d’acord amb el que va dir, sinó perquè és el mateix que dic jo des de sempre.  
Ahir Mas va posar en dubte que des de Madrid s’acabés acceptant el pacte fiscal que pretenen els de CiU, però llavors va dir: Els qui reclamen la independència, es creuen que ho tindran fàcil? És el realisme del que us parlava abans.
Per les bones Madrid no ens donarà mai la independència i per les males encara ho tenim més magre. Els nacionalistes espanyols (que n’hi ha de tots els colors i ideologies) tenen molt clar el concepte de la indivisibilitat d’Espanya. I els més extremistes ja sabeu el que pensen...
Dijous em deia un antic conegut caldria fer la política dels fets consumats, com a Kosovo i fer una declaració unilateral de independència. Ni així! Kosovo formava part de l’antiga Iugoslàvia, un país que es va acabar desintegrant en un bon grapat de nous països. Després va venir el reconeixement per part de la majoria de la comunitat internacional (Espanya no)
Però Catalunya no és el mateix cas i des dels govern d’Espanya es posarien tots els pals a les rodes possibles per a que, principalment Europa no ens reconegués com a estat independent, per molt que en volguéssim formar part. (Sèrbia, de qui formava part Kosovo, tampoc en reconeix la independència)

ELS NOSTRE TERRITORI. ELS ULLALS DE BALTASAR II