Hoy es mi último día en la Agencia.
No se pueden resumir fácilmente "treinta y tantos" años en unas líneas.
En primer lugar puedo decir que ha sido, sin duda, una satisfacción poder compartir mis tareas con la inmensa mayoría de vosotros. No hay pretensión de halago en ello. En muchos casos una alta calidad profesional. En la mayoría de los casos un elevado pundonor. Y en la práctica totalidad de los casos, a poco bien que fuesen las cosas, una gran ilusión por el trabajo bien hecho y los buenos resultados.
Por lo que se refiere a mi, que me voy, podría decir como resumen que "conocí tiempos mejores" (incluso tiempos en los que me sentí muy orgulloso de trabajar en esta empresa, aunque hoy pueda parecer mentira una afirmación así).
Por lo que se refiere a ti, que te quedas, si no eres "super A", ¡ánimo!, seguro que llegarán y que vivirás tiempos mejores (tiempos en los que sientas que tu trabajo en la Agencia contribuye a un país mas justo, menos desigual y más eficaz; en los que puedas sentir que tu trabajo es importante y tu opinión tenida en cuenta; en los que, cuando lo necesiten, contesten a los ciudadanos personas y no máquinas; en los que la coordinación no sea solo uniformidad y jerarquía).
Y si eres "super A financiero y tributario" ... pues enhorabuena, que las penas con pan son menos. Individualmente también te deseo lo mejor, que nadie te lo regaló. (Y seguro que compartiríamos el deseo de la mayoría de las mejoras indicadas anteriormente). Colectivamente, sin embargo, espero que vuestra influencia en la toma de decisiones de la Agencia decline algún día, para que no primen en tantas y tantas ocasiones vuestras "mejoras", sino que se impongan las necesidades de mejora en el funcionamiento general de la Agencia.
En todo caso, un fuerte abrazo y mis mejores deseos para todos.
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