Pasado el cruce de Horta
de Sant Joan, cuando ya se enfila el camino hacia Arnes y la comarca del
Matarraña turolense, a mano derecha hay un pequeño restaurante donde merece la
pena pararse para comer.
Su cocina es de mercado y se basa en productos del
terreno, alguno de ellos elaborados por el propio propietario del restaurante,
como la miel o el vino.
En la carta abundan las
carnes, algunas de ellas de caza, como la perdiz o la liebre. Pero también las legumbres
y hortalizas. Excelente el ternasco. ¿Será por la proximidad con Aragón) Me
atrevo a decir que está a la altura del que elaboran en el restaurante Mario de
Mas de Barberans, es decir, el mejor ternasco que había comido hasta que probé
el de la Venta del Romé. El menú diario a 11€ y el de los sábados, domingos y
festivos a 14,50.
El día que fuimos, un
amigo reservó las mesas y concertó un menú de 15€ que incluía medio ternasco.
Comida: excelente 4,5. No
dieron a escoger entre diversos platos, entre los que destacaban la sopa de galets (típica de Catalunya por Navidad)
y unas alubias blancas con liebre. Como ya he explicado, el ternasco estaba
delicioso; también nos sirvieron pato al estilo de Salamanca.
El único pero, es que no nos pusieron nada mientras esperábamos que nos sirvieran. Unas aceitunas o unas almendras (que también podrían ser de cosecha propia), siempre se agradece.
El único pero, es que no nos pusieron nada mientras esperábamos que nos sirvieran. Unas aceitunas o unas almendras (que también podrían ser de cosecha propia), siempre se agradece.
Bebida. No se valora. No
vi carta de vinos y el que nos sirvieron era vino de la casa. Pero cuando digo
casa, quiero decir casa, de cosecha propia. Creo recordar que dijo que estaba elaborado
con las variedades de macabeo y parellada. Había vino blanco y tinto.
Los postres estaban todos
elaborados en el propio establecimiento. Destacaban los flanes, quesos tiernos
con miel de cosecha propia, etc.
Servicio: excelente, 5.
Jamás había encontrado a un propietario tan dicharachero y servicial como el de
Fonda del Romé. Recitaba las veces que hiciera falta lo que tenían preparado y,
además de forma muy divertida.
Instalaciones: muy bien,
4. Pequeñas pero acogedoras con decoración muy acorde al lugar.
Servicios: Suficientes,
3. Un poco pequeños, pero limpios.
Entorno: extraordinario 5.
Partiendo de este lugar se pueden hacer innumerables excursiones, tanto a pie,
como en coche. Desde el propio restaurante se pueden ver las Rocas d’en Benet, uno de los símbolos del
territorio del Ebro. Imprescindible visitar el entorno natural del Ports, sobre todo les Olles y los Estrets. El casco antiguo de Horta de Sant Joan es precioso, con el
ayuntamiento, la iglesia, el ecomuseo de
los Ports y el centro Picasso. Picasso estuvo dos veces en Horta de Sant
Joan en casa de su amigo Salvador Pallarés. En el centro no se encuentra ningún
original del pintor, pero si mucha información de su paso y de lo que fue el
nacimiento de un nuevo estilo pictórico: el cubismo.
No muy lejos del
restaurante está el pueblo de Arnes, con un interesante casco antiguo con
trazado medieval.
Más información:
NOTA: El establecimiento está adaptado para personas con mivilidad reducida.
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