dijous, 4 d’abril del 2013

Máster en Corruptología Comparada

Antonio Aveldaño

Caso Bárcenas. Caso ERES. ¿Cuál de ellos es más escandaloso, cuál más repugnante? ¿Quién sale peor parado en la comparación, el Partido Popular o el Partido Socialista? ¿La dirección de Génova 13 o la dirección de la Junta de Andalucía? Los hoolligans de uno u otro bando no tienen dudas: ¡Por supuestísimo que la corrupción de los adversarios es infinitamente más grave y escandalosa! Dónde va a parar, por favor. Seamos serios. Donde esté Luis Bárcenas con sus cuentas en Suiza que se quite Javier Guerrero con su suegra prejubilada. Donde esté en dinero detraído a los pobres parados que se quite el dinero robado al pobre Partido Popular…
Los ciudadanos nos hemos visto obligados a hacer a toda velocidad un máster en Corruptología Comparada. Nuestros profesores han sido gente de primera línea, con grandes currículum, expertos con una sólida formación teórica y sobre todo práctica, principalmente políticos y banqueros con un alto grado de solvencia en sus respectivas trayectorias de latrocinio y formados todos ellos en una de las universidades con mayor reconocimiento internacional en la materia, una universidad conocida indistintamente por los nombres de España, Estado español o Este País.
¿Bárcenas o ERES? ¿ERES o Bárcenas? Difícil decisión. Se trata de dos buenos trabajos y no es fácil premiar a uno de ellos. Nos pasa con esto como con los Oscar de Hollywood en esos años con una cosecha cinematográfica especialmente buena. Bárcenas es un maestro en su género y Guerrero lo es en el suyo. En todo caso, a ambos los han pillado de carambola, casi por casualidad, por una mala jugada del destino, como ocurría en ‘Atraco perfecto’. Con un poco más de suerte ni Luis ni Javier tendrían ahora problemas con la justicia. Ni estarían pasando la vergüenza y los apuros que están pasando tantos militantes del Partido Popular y del Partido Socialista.
Con un poco más de suerte los ciudadanos no tendríamos que vernos obligados a elegir entre uno y otro caso. Con un poco más de suerte, con un país un poco mejor, con unos medios de comunicación un poco más ecuánimes, con una ética civil un poco más severa ni siquiera se plantearía este sucio debate que tanto gustan de plantear muchos dirigentes de ambos partidos en un vano intento de convencer a los ciudadanos de que el otro ha sido más corrupto. Los dirigentes del PP y el PSOE que hacen tal cosa tienen el siguiente problema: que no están entendiendo nada ni están sabiendo leer los labios resecos y el corazón cansado de los españoles.
Con un poco más de suerte y algo de voluntad simplemente nos avergonzaríamos por igual de ambos casos, simplemente querríamos que los jueces hicieran su trabajo bien y pronto, simplemente habríamos exigido a los dos partidos que hicieran algo práctico y decente para que nada de lo ocurrido pueda repetirse. No queremos oírles decir que la corrupción del de enfrente es mucho más grave y repugnante que la propia. Queremos oírles decir: este partido está profundamente avergonzado de lo ocurrido y por eso ha decidido hacer esto y esto y esto otro para asegurarse de que eso que ha ocurrido no vuelva a ocurrir jamás. Mientras tanto, ¡ay mientras tanto! Mientras tanto ¡ay de España, ay del Estado español y ay de Este País! Mientras tanto ¡ay del PSOE y ay del PP! Mientras tanto !ay de todos nosotros!