dissabte, 5 d’abril del 2014

Nuevas revelaciones sobre la implicación del Rey en el 23-F (II)

Él fue, según Suárez, el que gestó la Operación Armada. Así lo desvela Pilar Urbano en su nuevo libro La gran desmemoria.
 
El diario El Mundo publica este domingo un avancedel nuevo libro de Pilar Urbano, La gran desmemoria. Lo que Suárez olvidó y el Rey prefiere no recordar, donde hace públicas sus conversaciones con Adolfo Suárez y el monarca. La gran revelación que da la periodista es que el Rey, según le confesó el difunto Suárez, fue el "Elefante blanco" del golpe de Estado del 23-F. "Para Suárez, estaba clarísimo que el alma de la Operación Armada era el Rey, que nace en Zarzuela, que Don Juan Carlos es el muñidor para colocar al general Alfonso Armada al frente de un Gobierno de concentración", asegura Urbano.
El libro abunda en una teoría una y mil veces apuntada desde que se produjera el golpe de Estado: que el golpe contra Suárez estuvo dirigido por el Rey. De hecho, incide en conclusiones y revelaciones que ya señalaron otros autores como como Luis Herrero en Los que le llamábamos Adolfo, Jesús Palacios El Rey y su secreto, el propio Alfonso Armada Al servicio de la Corona, oAbel Hernández, en Suárez y el Rey.
Con las aportaciones de Urbano, cobra especial relevancia la frase que le dice Suárez a Luis Herrero y éste recoge en su libro:
 
No descarto la posibilidad de que, muy pronto, me toque ir al despacho del Rey para decirle: Majestad, no tiene usted más remedio que abdicar por el bien de España.
 
Lo que hasta ahora era un secreto a voces, la implicación del Rey en el 23-F como muñidor e impulsor de la 'Operación Armada', adquiere una nueva dimensión con el relato, cargado de datos y detalles, de Pilar Urbano. Tal y como ya se había publicado anteriormente desde el segundo semestre de 1980 ya se estaba fraguando una operación para, con una falsa apariencia democrática, echar a Adolfo Suárez del Gobierno y colocar al general Alfonso Armada al frente de un Gobierno de coalición nacional, inspirado en laGrosse Koalition alemana, con Felipe González de vicepresidente. Armada era íntimo amigo y colaborador del Rey, al que el gobierno de Suárez había enviado lejos de Madrid, a Lérida, junto con otros generales considerados golpistas.
Urbano detalla en su libro el durísimo enfrentamiento que mantiene Suárez con el Rey para defender el régimen constitucional en los meses previos al 23-F. Lo que empieza como un desencuentro, termina en violentas broncas cuando Suárez asume que Alfonso Armada siempre ha actuado al servicio del Rey.
 
Uno de los dos sobra
 La periodista abunda en los choques que tuvieron el Rey y Adolfo Suárez, detallados en el libro. El 10 de enero de 1981, cuando el Rey coge la moto y se presenta en Moncloa. Según su relato, Don Juan Carlos le pide al entonces presidente del Gobierno, que traslade a Armada de Lérida a Madrid, a lo que Suárez se niega porque no quiere "la bicha" cerca. La periodista relata el encuentro como un enfrentamiento casi violento, en el que en un momento dado el Rey coge del codo al presidente Suárez, que se zafa de un tirón. Desde entonces, Pilar Urbano asegura que la relación entre ambos es tensa, porque "uno de los dos sobra".
 
Según el relato de Urbano, el 22 de enero, Suárez, que no está dispuesto a transigir con la 'Operación Armada', va a Zarzuela y se ve obligado a recordarle al Rey que fue elegido democráticamente con 6.280.000 votos en les elecciones de 1979. La respuesta del Rey:
 
 Tú estás aquí porque te ha puesto el pueblo con no sé cuántos millones de votos... Yo estoy aquí porque me ha puesto la Historia, con setecientos y pico años. Soy sucesor de Franco, sí, pero soy el heredero de 17 reyes de mi propia familia. Discutimos si OTAN sí u OTAN no, si Israel o si Arafat, si Armada es bueno o peligroso. Y como no veo que tú vayas a dar tu brazo a torcer, la cosa está bastante clara: uno de los dos sobra en este país. Uno de los dos está de más. Y, como comprenderás, yo no pienso abdicar.
 
El rey y la moción de censura
Suárez está dispuesto a dimitir pero quiere, de acuerdo con las reglas de la democracia, disolver las Cortes, convocar elecciones y que sea el pueblo el que decida el nuevo Gobierno. Pero el Rey se opone frontalmente porque eso haría inviable la 'Operación Armada'. Es cuando al Rey se les escapa la posibilidad de la moción de censura, que nadie había planteado, y que sería la fórmula de darle apariencia democrática al golpe de Armada. Suárez ya sabía que estaba en marcha una moción de censura promovida por Alfonso Armada y respaldada por diputados de la UCD, como Herrero de Miñón.
 
El Rey se niega en redondo a firmar el decreto de disolución de las Cortes, pese a que es una competencia que la Constitución atribuye en exclusiva al jefe de Gobierno. La discusión alcanza tal grado de violencia que el perro del Rey - un pastor alemán llamado Larky- se arrojó sobre Suárez.
 
La pistola de los generales
 El 23 de enero, justo un mes antes del golpe, el Rey interrumpe una cacería porque se presentan en Zarzuela cuatro tenientes generales y un almirante: Elícegui, Merry Gordon, Milans del Bosch y Campano López, de las regiones de Zaragoza, Sevilla, Valencia y Valladolid. El Rey llama a Suárez para que acuda a Zarzuela y es ahí cuando se produce uno de los episodios más escalofriantes de los que relata Pilar Urbano. El Rey dice a Suárez "realmente estos que hay dentro quieren verte a ti" y le deja con los militares. Así lo relata la periodista:
 
 Milans dice a Suárez que por el bien de España debe dimitir ya, cuanto antes. Y es cuando Suárez pide al luego golpista que le dé una razón para ello. En ese momento, Pedro Merry Gordon saca del bolsillo de su guerrera una pistola Star 9mm, se la pone en la palma de la mano izquierda y mostrándola dice al presidente: '¿Le parece bien a usted esta razón? '. El Rey, en la escalera, le advierte: '¿Te das cuenta de hasta dónde me estás haciendo llegar?'. Y le reitera que la solución para evitar el golpe militar pasa por un cambio de Gobierno.
 
Suárez, al Rey: "Nos la has metido doblada"
Pero el enfrentamiento más duro vendría el día después del 23-F. Para entonces Suárez ya está absolutamente convencido de que el rey estaba detrás de la Operación Armada y le dice que quiere revocar su dimisión. "Nos la has metido doblada"le dice el presidente al Rey "alentando a Armada y a tantos otros, jaleándoles, dándoles la razón en sus críticas, diciéndoles lo que querían oír de boca del Rey, tú mismo alimentaste el malestar militar", le dice. Según la autora del libro, el Rey contestó: "De qué me hablas. ¿Me estás amenazando, so cabrón? ¿Todavía no te has enterado de que ha sido a tí a quien han dado el golpe? Políticamente estás muerto", le dice.
 
Calvo Sotelo y el golpe del Cesid
Urbano también relata como Calvo Sotelo convence al Rey para ser él quien sustituya a Suárez, dándole una salida 'constitucional' a la 'Operación Armada'.
 
Según la periodista es el comandante Cortina, de acuerdo con Armada, quien desde el CESID (actual CNI) pone en marcha el 23-F tal y como lo conocemos, la entrada de Tejero en el Congreso y el secuestro de los diputados durante toda la noche. Para que luego apareciera Armada como el "salvador" de los diputados.
 
La metedura de pata del Rey y el "Elefante blanco"
 Además, respecto a la cuestión de 'El Elefante blanco', Urbano recuerda que fue el propio Rey quien "metió la pata en el libro de Vilallonga (una biografía del Rey, basada en varias conversaciones con el protagonista), cuando dijo que él 'sabía, desde el primer momento, quién era el Elefante Blanco'. Suárez también dijo que 'sólo dos personas saben quién era el Elefante Blanco, y yo soy una'. Si Suárez lo sabía, y desde luego él no lo era, y el Rey también lo sabía, según él mismo le dijo a Vilallonga, y está en la edición francesa y en la inglesa. Ergo... Después, en la versión española eso se corrigió, porque se hubiese tenido que reabrir el sumario del 23-F". Y lo que es todavía mas grave, Urbano señala que las conversaciones entre el Rey y Armada la noche del 23-F desaparecieron del sumario del caso. "No aparece en las actas, como si se hubiera pasado un típex: en lugar del Rey aparece Sabino", dice Urbano.
 
Por otro lado, el diario El Mundo aclara en el editorial que no asume "íntegramente" lo expuesto por Urbano: "El Mundo no asume en su integridad las afirmaciones de la periodista, ya que algunas de ellas pueden poner en cuestión la lealtad constitucional del jefe del Estado", señalan. No obstante, defiende su publicación: "Sin embargo, consideramos que su relato supone una contribución relevante al conocimiento de un periodo oscuro que ahora hemos revivido tras la muerte del hombre que, junto al Rey, hizo posible la instauración de una democracia en España