divendres, 11 d’octubre del 2013

Primarias abiertas: Dejemos de marear la perdiz

Enrique del Olmo
Sociólogo
La discusión sobre las primarias, en el momento actual, no es ni una discusión técnica ni organizativa. Es una discusión política y de primer orden.
¿Está la dirección del PSOE dispuesta a ello? Por más que el Congreso de Sevilla lo definiese de forma muy genérica, el planteamiento que se hace en el texto base de la Conferencia no añade mas que confusión. Intenta marcar las diferencias con Francia e Italia, las diferencias entre elecciones generales y autonómicas y municipales y envía todo a unos futuros Comités Federales. Es decir, muestra que por muchas declaraciones públicas a favor de las primarias abiertas, detrás se esconde una confusión enorme y, de alguna forma, una negativa a que sea un proceso abierto, claro y transparente. No hace falta ni mucho tiempo ni mucho papel para elaborar un reglamento claro y transparente (de hecho el magnífico reglamento del PSC tiene tres páginas). Pero en el centro, el miedo a la pérdida de control del proceso por parte del establishment partidario, cuando justamente el atractivo social que pueden tener las primarias es porque el peso de los aparatos se reduce. Cuando por delante de las decisiones se pone la casuística es que la voluntad no está tan clara. ¿No será el miedo a esto lo que hace que sintamos que se está mareando la perdiz, para al final hacer una a la andaluza: primarias sin candidatos?
En los últimos tiempos, siempre se ha señalado que el cambio en el PSOE para recuperar la confianza ciudadana pasa por la respuesta a tres cuestiones: a) Cambio de discurso, b) Cambio de organización y c) Nuevo liderazgo. Coincido plenamente en que éstas son las tres cuestiones claves y añado una cuarta: d) Estar preparados para la travesía del desierto. Es decir, un proceso de recuperación de credibilidad, que ni siquiera resolviendo las tres primeras cuestiones está garantizado.
En una situación tan compleja siempre hay que buscar cuál es la punta del ovillo de la que tirar para deshacer la maraña. Y cada vez más gente llega a la conclusión de que la única posibilidad real es la de la realización cuanto antes de unas elecciones primarias abiertas y sin condicionantes. Es decir, hacer de las primarias no un instrumento de la distribución de poder interno, ni tan siquiera de movilización electoral, como ha dicho algún alto dirigente del partido,  sino de participación masiva de la sociedad en la toma de decisión del futuro rumbo del socialismo español. Ha sido la irrupción masiva de la ciudadanía en las decisiones de los partidos lo que ha permitido que éstos sean de nuevo vistos como un instrumento útil de cambio y que eso se haya transformado en una movilización electoral y ciudadana impensable antes de la realización de las primarias.
Creo que lo primero que nos tenemos que preguntar es: ¿qué no son primarias abiertas? Pues aquéllas que bajo la apariencia de apertura dificulten al máximo el ámbito de la decisión: barreras de altos porcentajes para poder presentarse, censos previos y restringidos, condicionalidad a los candidatos/as, limitaciones en el discurso político, etc.
Alternativamente, las primarias abiertas que pueden ser un revulsivo real pasan por algunas cuestiones básicas:
  • Libertad de presentación de candidaturas. No puede ser que las barreras internas para presentarse a través de avales (hasta el 15% en una Comunidad y el 20% en un municipio de acuerdo al Reglamento del 2010) estén muy por encima de las barreras de entrada en las elecciones generales (el 3%) o a algunos parlamentos autonómicos como Madrid (el 5%) o Catalunya (el 3%). Es decir, que se es más restrictivo en las elecciones internas que en las institucionales. Además los avales son excluyentes, se exigen a los militantes un aval previo sin conocer ni escuchar a los candidatos y no pueden firmar por varios candidatos para facilitar la confrontación democrática. Es el alineamiento a golpe de pito de éste o de aquel sector del aparato. Es casi una votación sindicada previa, con lo cual se daña sensiblemente el carácter abierto de las primarias. ¿Dónde queda el convencimiento? ¿Dónde la credibilidad que se puede obtener en un proceso de discusión y debate? ¿Por qué un militante no puede avalar a cuantos candidatos quiera? Porque lo que desea es que éstos confronten en un proceso abierto de primarias y no una adhesión previa. Éste es un aspecto nodal de todo el proceso. Si se bloquea el paso de candidaturas con barreras orgánicas altas se da a la ciudadanía fórmulas previamente cocinadas. ¿Por qué tengo que vincular mis apoyos en las primarias a un aval previo sin conocer a todos los candidatos? En las primarias del PS francés hubo en primera ronda seis candidatos: Hollande, Aubry, Royal, Valls, Baylet y Montebourg. Y en Italia, cinco: Bersani, Renzi, Vendola, Puppato y Tabacci. Lo importante es abrir el proceso a la ciudadanía y no establecer filtros que impidan que a éste llegue un abanico amplio de opciones.
  • Igualdad para la realización de la campaña de primarias. Los recursos que aporte el partido serán equitativos para todos los candidatos exactamente igual en el manejo de censos. No es cuestión de distribuir los censos a todas las candidaturas, sino de tener una oficina común en igualdad de condiciones. Facilitar la presencia en cualquier agrupación o territorio.
  • Campaña pública. Si el objeto es la movilización de los ciudadanos solamente apelando a la sociedad se logrará el objetivo político deseado.
  • Participación realmente abierta. Cualquier ciudadano mayor de 16 años inscrito en el censo electoral del distrito o pueblo donde se realice la votación puede participar el día de la votación. Sin padrones previos que reducen enormemente el impacto de la movilización, con la simple firma de una declaración de identificación con los objetivos generales del partido. Por ejemplo, en el anteproyecto de primarias del PSC la declaración dice: “Me reconozco en los valores progresistas y de izquierdas, de libertad, igualdad, justicia, solidaridad, y paz en el proceso de elección del candidato o candidata socialista a [...] y contribuir a su éxito electoral“, y además realizará  una módica cuota para sufragar los gastos (1 ó 2 euros).
  • Existencia de dos vueltas. Con el objeto de favorecer la pluralidad de iniciativas y propuestas, por un lado, y la definición final por la mayoría de los votantes (más del 50%), por otro.
  • Funcionamiento como distrito único. Con distribución proporcional pura.
Unas primarias realmente abiertas suponen que muchos de esos amigos, gente progresista y de izquierda que hoy día están muy decepcionados con el partido y su política, que incluso han optado por otras opciones en algún momento, quieran participar y hacer suyo un proceso democrático que les ofrece el socialismo para empezar a cambiar el rumbo del partido y del país. Significa que en las agrupaciones donde, por ejemplo, votan trescientos afiliados, tenemos que lograr que participen cuando menos tres mil ciudadanos. Supone un objetivo global para el partido que más de dos millones de personas participen en las primarias. ¿Es eso posible? No hay ninguna ley que se oponga y en un partido que en su sótano electoral tiene siete millones de votantes es, sobre todo, un acto de voluntad y decisión política.
Primarias SI, pero ¿cuándo?
Está claro que el manejo de los tiempos por parte de la dirección federal no responde ni a las exigencias de la situación, ni a la crisis de confianza en que se encuentra el partido. Se sigue que la pendiente de la desafección y el escepticismo aumente y que no importe la absoluta falta de credibilidad del partido con tal de que no se mueva nada en lo interno. Ahora se espera a un nuevo batacazo electoral en la europeas del 2014 o una victoria pírrica, para luego preparar el recambio o la continuidad controlada. Pero, mientras, los ciudadanos se encuentran sin referencias y menos que ninguna, la del PSOE. Pero como decía recientemente Javier Casqueiro en El País: ”Ese plan [el de la dirección federal] no es que sea ingenuo, es que parece imposible e incompatible, con las urgencias actuales”.
Se habla continuamente de la necesidad de cambiar, pero por el momento no pasa de ser retórica. Ante una dirección que da una y otra vez largas cambiadas no hay otra salida que apelar a la militancia y a la sociedad: las primarias abiertas son el camino.