David Torres (el Plural)
Eminentes latinistas están pensando muy en serio ofrecer una nueva versión delcarpe diem, tópico clásico comúnmente traducido como “disfruta el momento” o “aprovecha el día”. Es mucho mejor traducir “pasar el Rato”, “pasar un Rato” o “pasarse un Rato”, aunque la forma reflexiva no es la mejor que se ajusta al hedonista hombre para todo del PP. El rato más breve de Rato ocurrió entre el 23 y el 27 de febrero de 2011, cuatro días con sus noches en los que se pulió 2.276 euros de los opacos (de los transparentes ya ni se sabe), gastos que aparecieron en el virtuoso epígrafe de “Club, Salas, Fiesta, Pub, Discoteca”. La discoteca era de música clásica, el pub irlandés, la fiesta nacional, las salas de lectura y el club era un videoclub pero sin video. Todo alta cultura, como se ve.
He ahí la cara B del cerebro económico del país durante ocho años y pico, exceptuando los dos años que estuvo al frente de Bankia donde ya se desmelenó. Imagínate lo que sería el hígado. Club, Salas, Fiesta, Pub, Discoteca. Ahí está resumido en cinco puntos el programa electoral del PP. No tiraron mucho de tarjetas para ir al cine ni para comprar discos o libros. Qué va. Las películas y las novelas las consumían en privado, sin dejar rastros vergonzosos.
–Me ha dicho un pajarito que el otro día compraste un libro.
–¿Yo? En mi puta vida, hombre.
–Que sí, que aparece la entrada en la cuenta de gastos de tu tarjeta opaca.
–Bueno, vale, es verdad. Pero fueron sólo dos. Una guía de conversación sexual en tailandés y un manual de masturbación tántrica.
–Mira qué eres borrico. Eso se compra con dinero negro, hombre. ¿No ves que alguien te puede ver leyendo?
Afortunadamente, la cultura del PP sigue siendo toda ella taurina. Blesa sostenía él solo la industria gastronómica de la capital a base de criadillas, rabos de toro y carteras de piel. De Louis Vuitton a Horcher, y de Loewe a Zalacaín hasta completar 436.700 euros. En el Ritz de Barcelona se dejó una noche una minuta de 9.000 pavos y lo mejor es que por la manaña desayunaba en Tiffany’s, a lo Truman Capote, churros con diamantes. En cuestión de caza mayor, Blesa es que no le hace ascos a nada y lo mismo te cuelga en el salón de casa la cabeza de un ciervo que la de un juez.
No menos autóctono, Romero de Tejada se fumó 26.000 euros en puros, lo cual fue una labor filantrópica para una ONG llamada “Apadrina a un estanquero”, eso sin contar el gasto en enfisemas y enfermedades respiratorias que le ahorró él solo a la Seguridad Social. 26.000 euros transformados en humo es una barbaridad que rebasaría ampliamente mi presupuesto para las próximas dos décadas en Montecristos, Cohibas y Partagás. Con lo cual, cada vez que se ventilaba un habano, Romero de Tejada fumaba por encima de nuestras posibilidades y lo mejor es que además no invitaba él: invitábamos nosotros. En el PP están tan indignados que incluso están pensando en expulsar a Rato aunque todavía no saben a dónde. El rato se nos está haciendo muy largo y muy mayúsculo.
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