El
jefe de los tramposos, llamado Mariano Rajoy Brey, de nuevo manipuló a
sabiendas. Lo hizo con naturalidad porque en la derecha lo normal es
mentir. Y el es un maestro del engaño. Afirmó que su victoria electoral
llegó “tras siete años de parálisis y de desaciertos”.
Puede aceptarse que, durante los tres últimos años de Gobierno socialista, José Luis Rodriguez Zapatero y sus ministros no acertaran en la lucha contra la crisis económica, financiera y política.
El rehén
Pero sería pertinente que Rajoy Brey nos dijera qué Gobierno europeo ha sabido acabar con la crisis. Sin embargo, no lo dirá: primero porque lo ignora y después, porque él mismo está comprobando hasta qué grado es rehén de la UE, de los mercados, de los grupos de presión, de las agencias de calificación y de Ángela Merkel. O sea, del Gobierno alemán.
Un monigote, políticamente hablando
Zapatero fue amordazado y aun así tuvo el coraje de marcharse, aunque a trancas y barrancas. Rajoy, en cambio, es un monigote – políticamente hablando-, pero su gestión además es mucho peor que la de su antecesor en la Moncloa. Zapatero intentó proteger a los débiles. Rajoy ha rebanado dinero incluso de los pensionistas.
Pertinaz embustero
En todo caso, Rajoy ha demostrado que es un pertinaz embustero. Los cuatro años de la primera legislatura de Zapatero fueron muy positivos desde numerosos puntos de vista. Negarlo no sólo es una osadía, sino una canallada. Los ataques populares contra Zapatero fueron monstruosos. ¿O es qué ya no recuerda usted, señor Rajoy, que le derrotó en las urnas con una mayoría holgada?
En fuera de juego
Usted, tras las elecciones generales, se quedó en fuera de juego y estuvo a punto de que no pocos de los suyos lo empujaran al abismo. Salvó la piel por los pelos y porque consiguió sobrevivir en el turbio Congreso de Valencia, gracias, entre otros conmilitones, al presunto delincuente y cacique castellonense, Carlos Fabra, que se puso de su lado.
Su recurso favorito
Ayer regresó a su recurso favorito, que es el de pasar la cuenta de la crisis a los socialistas. Vulneró la verdad sin escrúpulos. Fue el PSOE el que “socavó el Estado del Bienestar”, señaló el Gran Embustero. Entre sus barbaridades sobresale la siguiente: “El PSOE carga con una culpa histórica [...] Nos dejó un déficit de bancarrota, su herencia y aquí está buena parte de nuestros males”.
Lo que silencia el presidente del Gobierno
Pero lo que silencia Rajoy es que su partido arrastra otra “culpa histórica” y otra “herencia”. La “culpa histórica” de la derecha española es el apoyo que sigue dando, casi siempre, al dictador. La “herencia” es la de Franco. Su ADN no es democrático. Y eso, señor Rajoy, se les nota mucho.
Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM
Puede aceptarse que, durante los tres últimos años de Gobierno socialista, José Luis Rodriguez Zapatero y sus ministros no acertaran en la lucha contra la crisis económica, financiera y política.
El rehén
Pero sería pertinente que Rajoy Brey nos dijera qué Gobierno europeo ha sabido acabar con la crisis. Sin embargo, no lo dirá: primero porque lo ignora y después, porque él mismo está comprobando hasta qué grado es rehén de la UE, de los mercados, de los grupos de presión, de las agencias de calificación y de Ángela Merkel. O sea, del Gobierno alemán.
Un monigote, políticamente hablando
Zapatero fue amordazado y aun así tuvo el coraje de marcharse, aunque a trancas y barrancas. Rajoy, en cambio, es un monigote – políticamente hablando-, pero su gestión además es mucho peor que la de su antecesor en la Moncloa. Zapatero intentó proteger a los débiles. Rajoy ha rebanado dinero incluso de los pensionistas.
Pertinaz embustero
En todo caso, Rajoy ha demostrado que es un pertinaz embustero. Los cuatro años de la primera legislatura de Zapatero fueron muy positivos desde numerosos puntos de vista. Negarlo no sólo es una osadía, sino una canallada. Los ataques populares contra Zapatero fueron monstruosos. ¿O es qué ya no recuerda usted, señor Rajoy, que le derrotó en las urnas con una mayoría holgada?
En fuera de juego
Usted, tras las elecciones generales, se quedó en fuera de juego y estuvo a punto de que no pocos de los suyos lo empujaran al abismo. Salvó la piel por los pelos y porque consiguió sobrevivir en el turbio Congreso de Valencia, gracias, entre otros conmilitones, al presunto delincuente y cacique castellonense, Carlos Fabra, que se puso de su lado.
Su recurso favorito
Ayer regresó a su recurso favorito, que es el de pasar la cuenta de la crisis a los socialistas. Vulneró la verdad sin escrúpulos. Fue el PSOE el que “socavó el Estado del Bienestar”, señaló el Gran Embustero. Entre sus barbaridades sobresale la siguiente: “El PSOE carga con una culpa histórica [...] Nos dejó un déficit de bancarrota, su herencia y aquí está buena parte de nuestros males”.
Lo que silencia el presidente del Gobierno
Pero lo que silencia Rajoy es que su partido arrastra otra “culpa histórica” y otra “herencia”. La “culpa histórica” de la derecha española es el apoyo que sigue dando, casi siempre, al dictador. La “herencia” es la de Franco. Su ADN no es democrático. Y eso, señor Rajoy, se les nota mucho.
Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM
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