Las consecuencias del enorme dominio
que las fuerzas conservadoras tuvieron en España en el proceso de
transición de la dictadura a la democracia han sido muchas, incluyendo
la baja calidad de la democracia española, la escasa diversidad
ideológica de los medios, y el profundo conservadurismo de las
instituciones económicas (tales como la asociación de la Gran Patronal),
financieras (como la asociación de la banca), religiosas (como la
Iglesia católica), académicas (como las Reales Academias) y políticas
del país. Los partidos de derechas (tales como los partidos
conservadores y liberales) en España están mas a la derecha que la
mayoría de las derechas europeas y las izquierdas gobernantes, en
general, han sido más moderadas que las izquierdas gobernantes en la
mayoría de países de la Unión Europea.
Esto último, junto con el retraso histórico de España (resultado, a su vez, del enorme dominio que las derechas han tenido históricamente en las instituciones del Estado español), es directamente responsable, entro otros hechos, del escaso desarrollo del Estado del Bienestar español. Treinta y cinco años de democracia y España está todavía a la cola de la UE-15 (el grupo de países de la UE con nivel de desarrollo semejante al español) en el gasto público social.
Algo semejante ocurre en Catalunya, que ha sido gobernada durante la mayor parte de los últimos setenta y cuatro años por las derechas (primero por las fuerzas dictatoriales, y después, durante la democracia, por una coalición de dos partidos, uno conservador y el otro liberal). Su escaso gasto público social se debe a este hecho, un hecho ignorado, cuando no ocultado, por las fuerzas nacionalistas conservadoras catalanas cuando atribuyen tal retraso al déficit fiscal (es decir, la diferencia entre lo que Catalunya aporta al Estado central y lo que recibe de tal Estado, después de pagar los servicios comunes y la aportación solidaria a las otras CCAA) que Catalunya tiene respecto a España. Aunque tal déficit fiscal existe (y debería corregirse), no es el mayor responsable del retraso social de Catalunya (medido por el bajo gasto público social por habitante). El mayor responsable del retraso social de Catalunya y del resto de España es el nivel de los escasos ingresos al Estado, tanto central como autonómico, resultado de unas políticas fiscales escasamente progresistas (cuando se analiza la política fiscal real y no nominal) y del extendido fraude fiscal. Catalunya tiene esto en común con España, Grecia, Portugal e Italia, países todos ellos que están en profunda crisis (en parte por el dominio de las fuerzas conservadoras en el desarrollo de sus políticas públicas, tal como he señalado y documentado en mis escritos) (Ver El Subdesarrollo Social de España. Causas y Consecuencias. Anagrama. 2006)
Ejemplos del extremismo derechista
Tal extremismo de las derechas se ve en miles de hechos que aparecen en los medios diariamente. Veamos varios ejemplos. Las declaraciones del Sr. Berlusconi indicando que Mussolini hizo cosas buenas para Italia han generado una movilización y denuncia masivas por parte, no sólo de grandes sectores de la población, sino también del establishment político y mediático de aquel país (en la televisión pública, la RAI, se ha mostrado durante varios días una presentación de diez minutos cada hora, sobre los sufrimientos generados por el barbarismo nazi-fascista en Italia, narrado por víctimas de tal barbarismo). En España, sin embargo, varias figuras del partido gobernante han hecho declaraciones semejantes a las de Berlusconi acerca del Dictador Franco y el régimen que estableció, y no hubo una denuncia dentro del establishment político y mediático del país. En Italia está prohibida la alabanza al fascismo. En España, la Real Academia de Historia (financiada con fondos públicos) ha escrito varios capítulos laudatorios del fascismo español y de dirigentes de tal movimiento, incluyendo del Dictador.
En Italia, en Alemania y en Francia, las víctimas del nazismo y fascismo fueron honradas y apoyadas por el Estado. Miles de españoles exiliados lucharon y lideraron la resistencia antinazi en la Francia de Vichy, ocupada por las tropas nazis, y me consta (pues tengo familiares entre ellos) que el gobierno francés les honró condecorándoles, dándoles el honor que se merecían y recibiendo, además, una pensión hasta que murieron (como el caso de mis familiares en el exilio en Venezuela). En España, donde también lucharon contra el fascismo, el Estado no les honró y todavía hoy no existe ni siquiera un registro de las personas asesinadas por el fascismo, estando las familias de las victimas desaparecidas totalmente desatendidas.
Algo igual aparece en las áreas económicas. La dureza de la Gran Patronal en sus posturas laborales no tiene parangón en la UE-15. Véase ahora la repuesta del gobierno del Partido Popular, de la gran patronal y de la gran banca a la crisis, y compárese con la respuesta del gobierno francés. Independientemente de los méritos y deméritos de la reforma laboral del gobierno francés, el hecho es que este pacto fue fruto de un amplio acuerdo social y político. Para alcanzarlo, más de 300 representantes del gobierno, de los sindicatos y de la patronal, estuvieron reunidos a fin de alcanzar un acuerdo en el que un objetivo principal era crear empleo. En España se está destruyendo empleo (público y privado) para que (paradoja entre las paradojas) así “se salve al país de la crisis”. Y en Catalunya, gobernada por una coalición de un partido conservador cristianodemócrata y un partido liberal, la cadena de televisión pública, TV3, tiene un programa que titula “Lecciones de Economía” que lo protagoniza un economista ultraliberal, cuya filosofía económica es próxima al extremista Tea Party de EEUU.
La excesiva moderación de las izquierdas gobernantes
Sería deseable que las izquierdas ex gobernantes, tanto en España como en Catalunya y otras CCAA, además de abandonar el neoliberalismo, perdieran su excesiva moderación. La socialdemocracia en España fue la que desarrolló el escasamente desarrollado Estado del Bienestar, con el apoyo primordialmente de los partidos a su izquierda. Tanto los gobiernos de Felipe González como los de José Luis Rodríguez Zapatero expandieron los servicios y transferencias del Estado del Bienestar. Ahora bien, su respuesta a la crisis fue ortodoxa neoliberal, más moderada que la radical del gobierno Rajoy, pero neoliberal de libro de texto. En realidad, las políticas de los recortes fueron iniciadas por el equipo económico del gobierno Zapatero. Juan Torres, Alberto Garzón y yo hemos mostrado que otras políticas alternativas a los recortes eran posibles. (Ver Hay Alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar en España. Vicenç Navarro, Juan Torres y Alberto Garzón. 2011). Y esta posibilidad es incluso ahora más acentuada.
Juan Torres, en un artículo publicado en Alternativa Económica (27.01.13) señala las alternativas que deberían haber sido ya puestas en marcha por la socialdemocracia española cuando gobernaba y que ahora las izquierdas (e incluso las derechas) deberían hacer suyas. Estas políticas incluyen: 1) la emisión de euros por el Banco de España, con los cuales comprar deuda pública (lo cual podría hacerse según la normativa que regula el funcionamiento del BCE y del Sistema Europeo de Bancos Centrales) y 2) crear agencias públicas de crédito que podrían también establecerse a nivel autonómico y que accedan –como lo hacen los bancos privados- al BCE a pedir prestada liquidez a los mismos intereses que se ofrece a la banca privada, posibilidad que presenta el Tratado de Lisboa.
El hecho de que estas medidas no se lleven a cabo se debe al enorme y excesivo poder que la banca tiene y que se refleja en el mundo político, mediático y académico. En España ningún partido político lo ha propuesto. ¿Por qué? Se me dirá, con razón, que tales medidas tampoco las han propuesto otros partidos socialdemócratas en la UE. Pero la situación en España (con un desempleo del 26% de la población activa) fuerza que las fuerzas progresistas deberían ser más atrevidas en la búsqueda de soluciones que aquellos partidos. En realidad, las propuestas hechas por la socialdemocracia europea han sido más adelantadas que las desarrolladas por los partidos socialdemócratas españoles todavía estancados en el neoliberalismo, los cuales ni siquiera han hecho una autocrítica de sus políticas neoliberales. Por lo visto, no se han dado cuenta de que, a no ser que se haga tal autocrítica, no recuperarán la credibilidad entre el electorado al que han abandonado.
Vicenç Navarro.
Esto último, junto con el retraso histórico de España (resultado, a su vez, del enorme dominio que las derechas han tenido históricamente en las instituciones del Estado español), es directamente responsable, entro otros hechos, del escaso desarrollo del Estado del Bienestar español. Treinta y cinco años de democracia y España está todavía a la cola de la UE-15 (el grupo de países de la UE con nivel de desarrollo semejante al español) en el gasto público social.
Algo semejante ocurre en Catalunya, que ha sido gobernada durante la mayor parte de los últimos setenta y cuatro años por las derechas (primero por las fuerzas dictatoriales, y después, durante la democracia, por una coalición de dos partidos, uno conservador y el otro liberal). Su escaso gasto público social se debe a este hecho, un hecho ignorado, cuando no ocultado, por las fuerzas nacionalistas conservadoras catalanas cuando atribuyen tal retraso al déficit fiscal (es decir, la diferencia entre lo que Catalunya aporta al Estado central y lo que recibe de tal Estado, después de pagar los servicios comunes y la aportación solidaria a las otras CCAA) que Catalunya tiene respecto a España. Aunque tal déficit fiscal existe (y debería corregirse), no es el mayor responsable del retraso social de Catalunya (medido por el bajo gasto público social por habitante). El mayor responsable del retraso social de Catalunya y del resto de España es el nivel de los escasos ingresos al Estado, tanto central como autonómico, resultado de unas políticas fiscales escasamente progresistas (cuando se analiza la política fiscal real y no nominal) y del extendido fraude fiscal. Catalunya tiene esto en común con España, Grecia, Portugal e Italia, países todos ellos que están en profunda crisis (en parte por el dominio de las fuerzas conservadoras en el desarrollo de sus políticas públicas, tal como he señalado y documentado en mis escritos) (Ver El Subdesarrollo Social de España. Causas y Consecuencias. Anagrama. 2006)
Ejemplos del extremismo derechista
Tal extremismo de las derechas se ve en miles de hechos que aparecen en los medios diariamente. Veamos varios ejemplos. Las declaraciones del Sr. Berlusconi indicando que Mussolini hizo cosas buenas para Italia han generado una movilización y denuncia masivas por parte, no sólo de grandes sectores de la población, sino también del establishment político y mediático de aquel país (en la televisión pública, la RAI, se ha mostrado durante varios días una presentación de diez minutos cada hora, sobre los sufrimientos generados por el barbarismo nazi-fascista en Italia, narrado por víctimas de tal barbarismo). En España, sin embargo, varias figuras del partido gobernante han hecho declaraciones semejantes a las de Berlusconi acerca del Dictador Franco y el régimen que estableció, y no hubo una denuncia dentro del establishment político y mediático del país. En Italia está prohibida la alabanza al fascismo. En España, la Real Academia de Historia (financiada con fondos públicos) ha escrito varios capítulos laudatorios del fascismo español y de dirigentes de tal movimiento, incluyendo del Dictador.
En Italia, en Alemania y en Francia, las víctimas del nazismo y fascismo fueron honradas y apoyadas por el Estado. Miles de españoles exiliados lucharon y lideraron la resistencia antinazi en la Francia de Vichy, ocupada por las tropas nazis, y me consta (pues tengo familiares entre ellos) que el gobierno francés les honró condecorándoles, dándoles el honor que se merecían y recibiendo, además, una pensión hasta que murieron (como el caso de mis familiares en el exilio en Venezuela). En España, donde también lucharon contra el fascismo, el Estado no les honró y todavía hoy no existe ni siquiera un registro de las personas asesinadas por el fascismo, estando las familias de las victimas desaparecidas totalmente desatendidas.
Algo igual aparece en las áreas económicas. La dureza de la Gran Patronal en sus posturas laborales no tiene parangón en la UE-15. Véase ahora la repuesta del gobierno del Partido Popular, de la gran patronal y de la gran banca a la crisis, y compárese con la respuesta del gobierno francés. Independientemente de los méritos y deméritos de la reforma laboral del gobierno francés, el hecho es que este pacto fue fruto de un amplio acuerdo social y político. Para alcanzarlo, más de 300 representantes del gobierno, de los sindicatos y de la patronal, estuvieron reunidos a fin de alcanzar un acuerdo en el que un objetivo principal era crear empleo. En España se está destruyendo empleo (público y privado) para que (paradoja entre las paradojas) así “se salve al país de la crisis”. Y en Catalunya, gobernada por una coalición de un partido conservador cristianodemócrata y un partido liberal, la cadena de televisión pública, TV3, tiene un programa que titula “Lecciones de Economía” que lo protagoniza un economista ultraliberal, cuya filosofía económica es próxima al extremista Tea Party de EEUU.
La excesiva moderación de las izquierdas gobernantes
Sería deseable que las izquierdas ex gobernantes, tanto en España como en Catalunya y otras CCAA, además de abandonar el neoliberalismo, perdieran su excesiva moderación. La socialdemocracia en España fue la que desarrolló el escasamente desarrollado Estado del Bienestar, con el apoyo primordialmente de los partidos a su izquierda. Tanto los gobiernos de Felipe González como los de José Luis Rodríguez Zapatero expandieron los servicios y transferencias del Estado del Bienestar. Ahora bien, su respuesta a la crisis fue ortodoxa neoliberal, más moderada que la radical del gobierno Rajoy, pero neoliberal de libro de texto. En realidad, las políticas de los recortes fueron iniciadas por el equipo económico del gobierno Zapatero. Juan Torres, Alberto Garzón y yo hemos mostrado que otras políticas alternativas a los recortes eran posibles. (Ver Hay Alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar en España. Vicenç Navarro, Juan Torres y Alberto Garzón. 2011). Y esta posibilidad es incluso ahora más acentuada.
Juan Torres, en un artículo publicado en Alternativa Económica (27.01.13) señala las alternativas que deberían haber sido ya puestas en marcha por la socialdemocracia española cuando gobernaba y que ahora las izquierdas (e incluso las derechas) deberían hacer suyas. Estas políticas incluyen: 1) la emisión de euros por el Banco de España, con los cuales comprar deuda pública (lo cual podría hacerse según la normativa que regula el funcionamiento del BCE y del Sistema Europeo de Bancos Centrales) y 2) crear agencias públicas de crédito que podrían también establecerse a nivel autonómico y que accedan –como lo hacen los bancos privados- al BCE a pedir prestada liquidez a los mismos intereses que se ofrece a la banca privada, posibilidad que presenta el Tratado de Lisboa.
El hecho de que estas medidas no se lleven a cabo se debe al enorme y excesivo poder que la banca tiene y que se refleja en el mundo político, mediático y académico. En España ningún partido político lo ha propuesto. ¿Por qué? Se me dirá, con razón, que tales medidas tampoco las han propuesto otros partidos socialdemócratas en la UE. Pero la situación en España (con un desempleo del 26% de la población activa) fuerza que las fuerzas progresistas deberían ser más atrevidas en la búsqueda de soluciones que aquellos partidos. En realidad, las propuestas hechas por la socialdemocracia europea han sido más adelantadas que las desarrolladas por los partidos socialdemócratas españoles todavía estancados en el neoliberalismo, los cuales ni siquiera han hecho una autocrítica de sus políticas neoliberales. Por lo visto, no se han dado cuenta de que, a no ser que se haga tal autocrítica, no recuperarán la credibilidad entre el electorado al que han abandonado.
Vicenç Navarro.
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