EL JUEVES
Los funcionarios toman la calle (y esta vez NO es para ir a buscar un café)
Quinto día consecutivo de protestas contra los recortes por parte de los empleados del Estado Modgi | 17 de julio de 2012
El 2% de los funcionarios cree que están sufriendo recortes excesivos. El otro 98% estaba almorzando en el momento de realizar esta encuesta. Éste es el tipo de bromas que tienen que soportar los funcionarios. Y lo hacen todos los días del año. Es decir, 365 para los humanos, y 200 festivos + 100 de baja + 65 de libre disposición para los que trabajan a sueldo de la Administración. Bueno, ahora en serio: ¿Qué tenemos en contra de los funcionarios? ¿Por qué este odio atávico? Porque en este país solo hay un deporte que esté por encima del fútbol: hacer el amor con niños. ¡Ay, no, que eso es en el Vaticano! Quería decir LA ENVIDIA.
Seamos sinceros, solo hay un tipo de español que no haya aspirado alguna vez en la vida a hacerse funcionario: los funcionarios. A todos nos gustaría tener un horario más flexible, sentir la tranquilidad de un contrato fijo y trabajar en un entorno laboral cuya presión no nos provoque más alopecia que los genes recesivos de Caillou. Por eso, cuando nos enteramos de que los funcionarios sufren recortes, emerge de nuestro estómago una pequeña cabecita sangrienta de Andrea Fabra y exclamamos un sonoro ¡QUE-SE-JO-DAN! Pero pensémoslo bien.
Ellos fueron los primeros en sufrir los recortes. Zapatero
les congeló el sueldo indefinidamente, allá por el 2010, cuando había
“brotes verdes”. Al año siguiente, el mismo gobierno socialista les aplicó
una reducción salarial del 5% al 15%. Más tarde, Rajoy les empequeñeció
las partidas presupuestarias una, dos y hasta tres veces, lo que significa
más despidos. Y por si fuera poco, ahora les reducen el número de días
de libre disposición de 6 a 3, se cargan su paga extra de Navidad, les
fuerzan a la “movilidad laboral” (es decir, que “o aceptas un traslado
a la otra punta del país, o te mandamos para casa”) y se cargan a sus
representantes sindicales para que no puedan protestar. ¿Acaso no os quejaríais
vosotros? Os diré una cosa: Una vez un funcionario mordió a una persona
y… ¡SORPRESA! No se convirtió en zombie. Porque los funcionarios son seres
humanos, como nosotros (excepto el sobrino al que Ana Botella ha
enchufado en la administración pública, ése es un subhumano). Por eso,
si les pinchan, sangran, si les hacen cosquillas, se ríen, y si pueden
trabajar la mitad de su jornada y la otra dedicarla a mirar vídeos de gatitos
en el youtube, lo harán.
Los funcionarios se han convertido en los grandes mártires
de esta crisis. Y esta crisis no necesita mártires, necesita culpables.
Banqueros, empresarios y políticos que con su avaricia y su complicidad
han permitido que el país llegue a una situación desesperada. Y otra cosa
os diré: ¿Sabéis cuántos funcionarios se necesitan para cambiar una bombilla?
Solo uno, pero está de baja. Es broooma
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